30 mayo 2023
El pasado 1 de junio de 2023 dió comienzo a una nueva era que va a cambiar para siempre el escenario y la práctica del derecho de patentes en Europa. Ese día entrará en vigor el nuevo sistema de la Patente Unitaria (PU) y el Tribunal Unificado de Patentes (UPC de sus siglas en ingles). Es importante señalar que la nueva PU va a coexistir con la patente europea tradicional y con las patentes nacionales de los estados miembros de la UE y, por tanto, la PU no viene a sustituir el sistema vigente sino a complementarlo.
Este nuevo sistema se soporta en dos patas. Por un lado, la Patente Unitaria en sí, que es un título de patente que, de momento, proporcionará efecto uniforme en 17 países y, por otro lado, el Tribunal Unificado de Patentes que dotará a los usuarios de un foro cuyas sentencias serán de aplicación directa y homogénea en esos mismos 17 países.
El nuevo sistema está abierto a otros países de la UE y es susceptible de seguir aumentando su ámbito geográfico en la medida en la que los países que participaron en la cooperación reforzada que dio lugar a la creación del mismo, ratifiquen el Acuerdo sobre el Tribunal Unificado de Patentes (UPCA de sus siglas en ingles). Incluso, por qué no, es posible que países de la UE que no participaron de dicha cooperación reforzada como, por ejemplo, España, decidan adherirse en un futuro.
La historia y los baches de un largo camino de la Patente Unitaria
El advenimiento del nuevo sistema puede parecer algo lógico e incluso inevitable desde la perspectiva de un mercado europeo que busca la armonización y la seguridad jurídica como fin para mejorar su competitividad global. Esto precisamente puede llevar a pensar que su gestación ha sido algo sencillo, pero nada más lejos de la realidad. La puesta en marcha del nuevo sistema de PU ha sido un camino tortuoso y plagado de obstáculos que ha tardado cerca de 50 años en hacerse realidad.
De hecho, la consecución de una patente con un efecto unitario en los países de la UE es una tarea que viene gestándose desde los albores del derecho europeo de patentes.
El primer intento de crear un proyecto de patente común para los países de la, por entonces, Comunidad Económica Europea (CEE) se dio allá por los años 70, pero la conocida como Patente Comunitaria nunca llegó a aprobarse. Por contra, se estableció el sistema europeo de patentes actual a través del Convenio de Patente Europea que se firmó en la conferencia diplomática de Munich en 1973 y que entró en vigor en octubre de 1977. Este Convenio, sin embargo, se fraguó como un tratado multilateral entre países que instauró la Organización de Patente Europea y la Oficina Europea de Patentes como organismo autónomo para la concesión de Patentes Europeas.
Con posterioridad, en los años 2000, hubo nuevos intentos de revivir la Patente Comunitaria. La llamada Regulación sobre la Patente Comunitaria contemplaba, además de un título de patente unitario, la necesidad de un tribunal único que decidiera sobre la validez de las patentes. Sin embargo, el debate lingüístico de fondo y las suspicacias de algunos estados miembros acerca de la competencia del Tribunal de Patente Europea tuvo como resultado que no se alcanzara un acuerdo unánime.
El impulso definitivo a la PU empezó a gestarse a principios de 2011 cuando 25 países de la UE (todos excepto España e Italia) solicitaron a la Comisión Europea desarrollar un sistema Unitario de Patentes, a través del mecanismo de cooperación reforzada, dado que un apoyo unánime de todos los países de la UE parecía imposible. Las negociaciones posteriores se materializaron en el llamado “Unitary Patent Package” que incluía los reglamentos UE 1257/2012 y 1260/2012 que sustentan y rigen el sistema de PU y el UPCA que regula la jurisdicción, estructura, competencias y demás aspectos relativos a dicho Tribunal.
Sin embargo, esto no iba a ser tan sencillo ya que España presentó sendas demandas contra los reglamentos que implementaban el “Unitary Patent Package” que, sin embargo, fueron desestimadas en 2015 por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Cuando parecía que había vía libre para la puesta en marcha del nuevo sistema se sucedieron varios capítulos que parecían ponerlo en peligro aún.
Por un lado, el Reino Unido que ya había ratificado el UPCA y había sido uno de los grandes impulsores del nuevo sistema, anunciaba en julio de 2020 que retiraba su ratificación como consecuencia lógica del Brexit.
Por otro lado, en Alemania, otro de los países impulsores, se presentaron diferentes demandas de inconstitucionalidad contra las leyes para la aprobación de acuerdo sobre el Tribunal Unificado. La primera de estas demandas presentada en 2017 por el Dr. Ingve Sterna prosperó, sin embargo, no fue más que un bache en el camino ya que en junio de 2020 el gobierno alemán, fuertemente comprometido con el nuevo sistema de PU, presentó rápidamente una nueva Ley para la aprobación del Acuerdo sobre el UPC que fue refrendada sin problemas por el 88% de la Cámara. Con posterioridad, durante la tramitación posterior de esta Ley, se presentaron sendos recursos de inconstitucionalidad que fueron definitivamente desestimados el 9 de julio de 2021.
Estos fueron los últimos intentos para “sabotear” el nacimiento de la PU. A partir de aquí se sucedieron dos hitos históricos que determinaron la próxima entrada en vigor del sistema.
Los hitos que hicieron posible la Patente Unitaria
El primero de ellos se dio el 19 de enero de 2022 cuando Austria ratificó el Protocolo de Aplicación Provisional (PAP) del UPCA, convirtiéndose en el decimotercer país en hacerlo, y dando lugar de manera automática y oficial al nacimiento del Tribunal Unificado de Patentes.
El segundo de estos hitos sucedió el 17 de febrero de 2023 cuando Alemania depositó el instrumento de ratificación del UPCA y automáticamente activó el inició del llamado “Sunrise Period” que empezó el 1 de marzo de 2023 y que acabará el 1 de junio con la definitiva entrada en vigor del nuevo sistema.
Por tanto, a partir del 1 de junio se va a producir una verdadera revolución en el sistema de patentes europeo.
El gran cambio que llegará tras el 1 de junio
Desde luego, la existencia de una Patente Unitaria que proporcione una protección “paneuropea” va a suponer un cambio importante y, en muchos casos, va a representar un importante ahorro de costes para los solicitantes que opten por este tipo de patente.
No obstante, la verdadera revolución, desde mi punto de vista, y lo que realmente supone un cambio radical e irrevocable, es la puesta en marcha del UPC. El cambio es radical porque, por primera vez, los Estados participantes del nuevo sistema han cedido soberanía en materia de patentes a un tribunal supranacional. Y es irrevocable en tanto en cuanto no tiene marcha atrás.
Los países que han delegado la jurisdicción en materia de patentes en el UPC lo han hecho no solo para las PU sino también para las patentes europeas clásicas. La posibilidad de esquivar la jurisdicción del UPC existirá solo para las patentes europeas clásicas y únicamente durante un periodo de tiempo limitado. Solo aquellas patentes europeas clásicas para las cuales se solicite el opt-out durante el periodo transitorio (7 años como mínimo y 14 como máximo) sortearan la jurisdicción del UPC. Una vez terminado el periodo transitorio, toda patente europea clásica que no haya ejercido el opt-out estará sometida de manera ineludible a la jurisdicción del UPC.
Va a ser interesante ver durante las próximas décadas si este hecho puede tener algún impacto en la estrategia utilizada por los solicitantes para la protección de sus invenciones. En los últimos años se ha podido comprobar cómo los solicitantes han ido optando por la vía de patente europea en detrimento de las patentes nacionales. Quién sabe si la irrupción del UPC puede dar una segunda vida a las Oficinas Nacionales de Patentes y hacer que esa tendencia no solo se frene, sino que pueda incluso invertirse. Solo el tiempo nos dirá que nos depara esta nueva era.
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