14 abril 2020
¿Tiene Amazon responsabilidad por albergar productos de terceras empresas que no cumplen con las leyes relacionadas con las marcas? El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha tenido recientemente la ocasión de pronunciarse en una cuestión prejudicial planteada por el Tribunal Supremo de lo Civil y Penal de Alemania vinculada a este tema.
En concreto, el órgano jurisdiccional germano realizó una consulta acerca de la responsabilidad de una persona física o jurídica (en este caso, Amazon) derivada del almacenamiento de productos de un tercero, cuando los mismos infringen derechos marcarios, y partiendo de la premisa de que el posible responsable desconocía la naturaleza infractora de dichos bienes.
Dado que se trataba de infracciones de marcas de la UE, se debía realizar una correcta interpretación del actual Art. 9.3 del Reglamento 2017/1001, el cual establece el derecho del titular de una marca a prohibir que terceros ofrezcan, comercialicen o almacenen productos para dichos fines, en relación a marcas de la UE idénticas y/o similares a las suyas.
Así pues, en su sentencia, el TJUE establece que el hecho de “crear las condiciones técnicas necesarias para que pueda utilizarse un signo y recibir una remuneración por este servicio, no significa que el propio prestador del servicio haga uso del signo”.
Es decir, que el mero hecho de tener depositados o almacenados productos no supone un uso de marca. Para que pueda ser considerado uso de marca, dicho almacenamiento debe tener por objeto ofrecerlos o comercializarlos.
No obstante, y de manera acertada, el TJUE abre la posibilidad a que “en caso de que no puedan identificar al vendedor tercero”, se considere que quien almacena los productos lo hace con objeto de ofrecerlos y comercializarlos en el mercado; y, por tanto, esté realizando él mismo las infracciones de marca.
Teniendo en cuenta lo anterior, y más allá de la posible responsabilidad que pudiera recaer sobre Amazon en los supuestos aquí expuestos, entendemos que de esto pueden derivarse diversas consecuencias.
De una parte, Amazon, pese a que pueda no ser responsable del uso de marca infractor de los productos de un tercero que tenga almacenados, sí debe en todo caso tener una “responsabilidad comercial” respecto de lo que vende y almacena.
Esto se debe a que, pese a que Amazon funciona como una plataforma donde terceros pueden ofertar sus productos y los consumidores pueden entrar a comprarlos a través de dicha plataforma, no deja de ser dicha entidad la que finalmente distribuye esos bienes al consumidor final, obteniendo una comisión por cada venta, ya sea infractora o no, y obteniendo por tanto un beneficio de una situación ilícita.
En consecuencia, y de cara a proteger tanto al consumidor final como su propia reputación en el mercado, se debe no solo mantener, sino implementar y ejecutar canales óptimos y eficaces de denuncia a través de los cuales los titulares legítimos de las marcas puedan poner de manifiesto que sus derechos están viéndose vulnerados por los titulares de los productos almacenados por Amazon. De esta manera, la compañía podría tomar las medidas legales oportunas contra el vendedor, como dar de baja su cuenta en caso de reincidencia, así como eliminar los enlaces de la plataforma que dirigen a productos infractores.
Gracias a la implementación y aplicación de estos canales de denuncias, este tipo de plataformas serán capaces de proteger tanto los derechos de los titulares de las marcas, quienes se ven perjudicados en casos de oferta y comercialización de posibles falsificaciones, como a los consumidores, que tendrán la garantía de adquirir los bienes que realmente desean.
Y es que no podemos obviar que los productos falsificados proceden de empresas de dudosa constitución que no suelen cumplir con sus obligaciones legales, ni frente al Estado, ni con sus empleados, y los bienes que ofrecen no suelen cumplir con la normativa de etiquetado ni pasar procesos de garantía. De esta forma no solo perjudican los derechos e intereses de los titulares de las marcas, que ven cómo terceros se aprovechan de su reputación, inversión e innovación para obtener un beneficio ilícito con la comercialización de productos que infringen sus registros, sino que son altamente perjudiciales para los consumidores y para la sociedad en general.
Por tanto, estaremos muy pendientes de la final resolución del Tribunal Supremo de lo Civil y Penal de Alemania, pero no podemos perder la ocasión para recalcar la importancia que tiene el disponer de plataformas libres de falsificaciones, donde se lleve un buen control de sus anunciantes, se defiendan los derechos de los titulares de las marcas y de la salud y seguridad de los consumidores, para que exista una correcta seguridad jurídica en el mercado para todos.
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