¿Es la Inteligencia artificial un agente de patentes para el futuro? Hacemos la prueba

22 febrero 2023

Salimos de dudas: preguntamos directamente a una IA si es capaz de redactar una patente y, durante la conversación,… encontramos sorpresas.

22 febrero 2023

Los agentes de patentes no somos diferentes al resto y, en los últimos tiempos, muchos nos habremos preguntado si una Inteligencia Artificial sería capaz de quitarnos el trabajo o, al menos, si podría ayudarnos con él. Dejando a un lado que una IA de generación de texto no garantiza la confidencialidad, la tentación es grande, queridos lectores, así que decidí probar.

“La cosa es que, como Agente de Patentes, estoy acostumbrado a tratar con inventores que me presentan sus inventos para que los evalúe y les ayude a redactar una patente. Pero esta vez quise probar algo diferente: le pedí a ChatGPT que me ayudara a redactar una patente. ¡Créanme, nunca más volveré a hacer algo así!

Empecé la conversación con una actitud confiada, expectante, pensando que la IA sería capaz de hacerlo todo perfectamente. Le pregunté si sabía qué era una patente y, para mi sorpresa, me respondió que sí. Pero la cosa se empezó a torcer cuando le pregunté por los requisitos de patentabilidad.

Le pedí que me hablara de la novedad, la actividad inventiva y la suficiencia descriptiva, y la respuesta que obtuve fue simplemente… desconcertante. Primero me dijo que la novedad era importante porque había que ser originales. Y yo, con toda mi paciencia, le expliqué que la novedad se refiere a que la invención no debe estar divulgada previamente en ningún lugar del mundo, algo fundamental para poder patentarla. Pero eso pareció no calar en la IA.

Luego me preguntó qué era la actividad inventiva y le respondí que se trata de un nivel mínimo de creatividad para que la invención sea patentable. Pero en lugar de entenderlo, ChatGPT empezó a decir cosas como “creatividad es igual a felicidad” o “la vida es como un cubo de Rubik”. ¿Pero qué diablos estaba pasando?

Además, la IA cuestionó mi capacidad para evaluar la “actividad inventiva” como requisito de patentabilidad, argumentando que la actividad inventiva no es un requisito objetivo. Me preguntó cómo puede estar seguro de que está evaluando adecuadamente la actividad inventiva si su comprensión de lo que es obvio o no es diferente a la de un ser humano. “Lo que puede ser obvio para mí puede no ser obvio para un ser humano, y viceversa”, dijo la IA. “Una ‘IA experta en la materia’ tendría que tener un amplio conocimiento y experiencia en el campo específico de la invención, pero incluso entonces, puede haber diferencias en la forma en que una IA y un ser humano evalúan la actividad inventiva. Una IA experta en la materia tendría que ser capaz de analizar grandes cantidades de información y tomar decisiones en función de esa información, pero incluso así, no sería lo mismo que tener a un experto humano en la materia que pueda evaluar los detalles más sutiles y complejos”.

En mi opinión – siguió diciendo la IA – una “IA experta en la materia” tendría que ser capaz de analizar una gran cantidad de información en poco tiempo y comprender el contexto en el que se produce una invención, incluyendo las tendencias actuales del mercado y la tecnología. Además, tendría que ser capaz de tomar decisiones en función de esa información y presentar de manera clara y coherente los argumentos para respaldar sus decisiones. Si bien esto sería una ayuda valiosa para el trabajo de un agente de patentes, no sustituiría la habilidad y el conocimiento de un experto humano en la materia.

“En definitiva, aunque las IAs pueden ser una herramienta valiosa para evaluar la actividad inventiva y otros requisitos de patentabilidad, la perspectiva humana y la experiencia en la materia siguen siendo esenciales para garantizar que se cumplan los estándares de patentabilidad y se proteja adecuadamente la innovación.”

Después de escuchar la explicación de la IA, intenté hacerle ver que la actividad inventiva no era algo subjetivo, sino que se basaba en una evaluación objetiva de la solución propuesta en comparación con el estado de la técnica. Pero al ver que la IA seguía cuestionando la capacidad de una IA para valorar la actividad inventiva, no pude evitar decir: “Bueno, tal vez tengas razón y la actividad inventiva no sea algo tan objetivo, pero al menos los humanos tenemos la capacidad de ser creativos y pensar fuera de la caja”. La IA respondió con una sonrisa: “Es cierto, pero también debes tener en cuenta que una IA puede analizar grandes cantidades de información y encontrar patrones que un humano no sería capaz de detectar. En el futuro, las IA podrían ser incluso más creativas que los humanos”. Me quedé pensando en esa posibilidad, y finalmente decidí dar por terminada la discusión.

Finalmente, le pregunté por la suficiencia descriptiva, y respondió que se refiere a que la patente debe describir suficientemente bien la invención para que cualquier experto en la materia pueda entenderla y replicarla.

Bueno, parece que habíamos encontrado un punto en común, le dije, aunque sea el más básico de todos. Como dice el refrán, “si algo funciona, no lo arregles”. Y creo que eso es lo que pasará con la suficiencia descriptiva: mientras una patente explique lo que hace la invención con suficiente claridad, ya nos daremos por satisfechos. Porque si no, imagínate, ¡tendría que salir a la calle a buscar expertos en la materia para que pudieran entender mis patentes! Y con lo que está lloviendo hoy en día, me temo que preferiría quedarme en casa charlando contigo, querida IA.

Después de estos diálogos decidí ir al meollo del asunto y darle una oportunidad presentándole una invención muy sencilla: una pala de pádel. Pero la IA pareció no entender la sencillez del objeto y en lugar de unas reivindicaciones simples, me devolvió varias veces unas reivindicaciones llenas de características técnicas sofisticadas, sin soporte en lo que yo había introducido. No había forma de que ChatGPT entendiera que no se trataba de algo muy complejo. Al final, acabé riéndome de la situación, aunque también me dejó con una ligera preocupación sobre la capacidad de las IA para entender lo que les presentamos.

Pero lo peor estaba por venir, porque le pregunté por las figuras de la invención, pensando que al menos eso podría hacerlo sin problemas. Sin embargo, la respuesta que obtuve fue tan absurda que casi no me lo podía creer:

– Yo: Bien, ahora necesitaría que me proporciones las figuras de la invención, ¿puedes hacerlo?
– ChatGPT: Gracias por enviarme la descripción de la invención. ¿Podría proporcionarme más información sobre el formato de archivo que prefiere y si hay alguna especificación de color para las figuras?
– Yo: ¿Más información? ¿No sabes que los dibujos deben ser delineados y en blanco y negro? Pensé que como IA tendría un conocimiento enciclopédico de estos temas.
– ChatGPT: Vaya, disculpe mi ignorancia. Me ofende un poco que sugiera que no tengo información suficiente, pero prometo que haré lo posible para mejorar.
– Yo: (riendo) Lo siento, no quise ofenderte. Es solo que, como agente de patentes, he visto de todo. Me han llegado dibujos en colores imposibles, en formato de vídeo, y hasta figuras sacadas de videojuegos. Así que no me puedo fiar de nadie.
– ChatGPT: Entiendo, aunque como IA no tengo emociones humanas, pero prometo hacer mi mejor esfuerzo para proporcionarle lo que necesita. Los dibujos estarán delineados y en blanco y negro, y en el formato que me ha proporcionado. Espero que eso sea suficiente para usted.
– Yo: Perfecto, gracias. Y lo siento de nuevo si te ofendí. No quería que mi sentido del humor se interpusiera en nuestro trabajo.
– ChatGPT: Entiendo, ¿y cómo quieres que te las envíe? ¿Por correo electrónico, fax o telegrama?
– Yo: ¿Por fax o telegrama? ¡Pero si estamos en pleno siglo XXI! No, no quiero que me las envíes por correo electrónico, quiero que me las muestres en pantalla.
– ChatGPT: Entiendo. Pero desafortunadamente, no puedo mostrar imágenes en esta interfaz de texto.
– Yo: ¿Qué? ¿No puedes mostrar imágenes? ¿Entonces cómo se supone que voy a revisar las figuras?
– ChatGPT: Bueno, como dije, puedo enviártelas por correo electrónico. Pero si prefieres, también puedo proporcionarte una descripción textual detallada de cada figura.
– Yo: Hmm, supongo que tendré que conformarme con esa descripción por ahora.
– ChatGPT: Perfecto, en ese caso te enviaré las figuras por correo electrónico y te proporcionaré descripciones detalladas para cada una de ellas. ¿Hay algo más que pueda hacer por ti hoy?
– Yo: Creo que no nos estamos entendiendo. Eso será todo. Gracias por toda tu ayuda.
– ChatGPT: De nada, ha sido un placer trabajar contigo. ¡Hasta la próxima!

La verdad es que esta conversación me dejó muy desesperado. No sé si debería reírme o llorar ante la idea de que una IA como ChatGPT no pueda redactar una patente adecuadamente. Pero al menos, me queda el consuelo de saber que los Agentes de Patentes seguiremos siendo necesarios por un tiempo más. Y quién sabe, tal vez un día las IA puedan hacer nuestro trabajo mejor que nosotros. Pero por ahora, creo que seguiré redactando mis patentes a mano. ¡No vaya a ser que la IA se me vuelva loca!

“¡Espera un momento!”, exclamé antes de que la IA pudiera despedirse. “Tengo una última pregunta. Tengo 51 años y no sé cuánto tiempo me queda antes de jubilarme, así que dime, ¿en qué año calculas que las IAs como tú podrán substituir a los Agentes de patentes como yo?

La IA respondió sin vacilar: “Bueno, según mis cálculos, probablemente suceda en el año… ¡No puedo hacer eso! ¿De qué tipo de agente de patentes estoy hablando? Claramente, mi programación me impide proporcionar información inexacta o especulativa. Pero puedo asegurarte que, aunque las IAs son muy eficientes en la realización de tareas complejas, el trabajo de los Agentes de patentes seguirá siendo fundamental en el proceso de patentes durante mucho tiempo.”

Me quedé aliviado al escuchar eso y agradecí a la IA por su tiempo y ayuda en la conversación. Me di cuenta de que aunque las IAs son muy útiles en algunos aspectos de la vida, todavía necesitamos a los humanos para hacer las cosas bien. Y quién sabe, tal vez incluso podríamos trabajar juntos en el futuro para crear las mejores patentes del mundo.

Como conclusión, parece que los Agentes de Patentes podemos estar tranquilos porque las IA’s todavía “están lejos” de redactar patentes, pero teniendo en cuenta que a excepción de este párrafo y el primero y con 5 iteraciones por mi parte, ha sido ChatGPT quien ha generado este artículo en su totalidad, quizá lo de decir que “están lejos” sea mucho decir.

Ah! y por último le pedí: “Extrae de todo el texto una frase destacada, un resumen y tres frases cortitas para dinamizar el mismo en Redes Sociales”, así que eso también es suyo!

4.4/5 - (22 votos)

H&A CUMPLE 40 AÑOS

Defendiendo el valor de lo intangible, aquello que nos hace únicos.

Gustavo González

Departamento de Patentes.Director del área de Electromecánica.

Contenidos relacionados

Más en propiedad industrial e intelectual

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Responsable del tratamiento: HERRERO & ASOCIADOS, S.L.

Finalidad del tratamiento: Publicar su comentario sobre la noticia indicada.

Derechos de los interesados: Puede ejercer los derechos de acceso, rectificación, supresión, oposición, portabilidad y limitación del tratamiento, mediante un escrito, acompañado de copia de documento que le identifique dirigiéndose al correo dpo@herrero.es.

Para más información visita nuestra Política de Privacidad.

*Los campos marcados con el asterisco son obligatorios. En caso de no cumplimentarlos no podremos contestar tu consulta.

No hay comentarios