29 mayo 2025
El sector TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) lo componen aquellas empresas que se dedican al desarrollo, implementación y gestión de tecnologías relacionadas con la informática, telecomunicaciones, software y servicios digitales entre otros.
Las empresas TIC (y en general cualquier empresa que desarrolle productos tecnológicos avanzados) presentan características específicas que las diferencian en muchos aspectos de otros tipos de industria más tradicionales, entre ellos, la protección de sus invenciones mediante patentes. La naturaleza compleja de las invenciones, la combinación de hardware y software presente en muchas de ellas y las exigencias normativas, hacen que la redacción y tramitación de patentes en este sector requiera especial atención. A continuación, analizamos las peculiaridades más relevantes en este ámbito.
Obsolescencia y alta competitividad
A diferencia de las invenciones en áreas técnicas más tradicionales o, por ejemplo, en el campo farmacéutico, que pueden mantenerse vigentes y ser comercialmente explotadas durante muchos años, en este sector el rápido y constante avance tecnológico provoca que muchas invenciones tengan una vida útil muy limitada.
Además, la acelerada evolución de las tecnologías TIC junto con la intensa competencia en el sector, incrementa considerablemente el riesgo de que otra empresa desarrolle una innovación similar y se anticipe en el registro de la patente o en la divulgación de la invención. Todo esto plantea un reto en términos de estrategia de patentabilidad.
Así, es crucial patentar estas invenciones cuanto antes con un doble propósito: obtener rédito económico/comercial de la patente durante el mayor tiempo posible y, por otro lado, evitar que terceros se puedan adelantar.
Sin embargo, apresurarse en el proceso de patentado sin contar con un desarrollo suficientemente sólido puede ser contraproducente. Una patente prematura sobre una invención que aún requiere ajustes o mejoras (que la ley prohíbe añadir a la solicitud de patente una vez presentada) puede resultar en una protección sobre una solución incompleta o poco efectiva, disminuyendo sus posibilidades de concesión (ya que al no incorporar ciertas mejoras puede que no sea lo suficientemente novedosa) y dificultando su aplicación práctica y comercialización (en definitiva, reduciendo su valor).
Por ello, es fundamental encontrar un equilibrio entre la rapidez en la solicitud de la patente y el grado de madurez tecnológica de la invención. La invención debe estar lo suficientemente avanzada para incorporar los elementos diferenciadores que le aportan valor y aumentan sus probabilidades de concesión, pero también la patente debe presentarse con la agilidad necesaria para aprovechar su relevancia y sus posibilidades comerciales en un mercado tan altamente dinámico, así como para bloquear posibles movimientos previos de la competencia. En definitiva, una estrategia de patentado eficaz en el sector TIC debe considerar tanto la solidez de la innovación a proteger como la velocidad del cambio tecnológico.
Complejidad
Las invenciones en el sector TIC suelen ser considerablemente más complejas que en otros sectores técnicos, por la naturaleza altamente técnica y avanzada de las tecnologías involucradas. A diferencia de una invención tradicional, que puede estar compuesta por elementos simples interconectados de manera tangible y fácilmente entendible, en campos como las telecomunicaciones las innovaciones suelen basarse en procesos y conceptos abstractos y de alta complejidad, como pueden ser modulaciones de última generación, algoritmos criptográficos o de compresión de datos, visión artificial, redes neuronales, etc.
Debido a este alto grado de dificultad técnica, la redacción de una patente en el sector TIC es un proceso particularmente desafiante. No sólo es necesario describir con precisión los componentes físicos que intervienen en la invención, sino también definir de manera clara y detallada los procedimientos y algoritmos técnicos que le otorgan su funcionalidad innovadora, y todo de una manera, clara, completa y comprensible. Un error o una falta de especificidad en la descripción o reivindicaciones puede dejar espacio para interpretaciones ambiguas o imprecisas, lo que podría dificultar la concesión de la patente, debilitar la protección otorgada o permitir que terceros exploten variaciones de la tecnología sin infringir la patente.
Además, hay que tener en cuenta dos puntos importantes: 1) al texto de una patente, una vez presentado, no se le puede añadir nada nuevo durante toda su tramitación y 2) uno de los requisitos que debe cumplir una patente (lo exigen explícitamente la gran mayoría de leyes de patentes) es que debe estar descrita de una manera suficientemente clara y completa para que pueda ser llevada a cabo por un experto en la materia. Esto hace que si, tras la presentación de la patente, el examinador de la oficina de patentes detecta que algún aspecto no está claramente explicado, falta información esencial o el funcionamiento de la invención no se comprende con precisión, puede rechazar la solicitud. En ese caso, no será posible subsanar las deficiencias añadiendo nuevos datos o explicaciones que impliquen la incorporación de materia adicional. Por ello, la patente debe estar redactada de manera clara, precisa y completa desde el momento de su presentación, por muy compleja que sea la invención. Una redacción deficiente puede comprometer la protección de la innovación, dejando margen para objeciones o incluso la denegación de la patente.
Por esta razón, se recomienda contar con el apoyo de un experto en patentes de telecomunicaciones, quien tenga el conocimiento técnico y legal necesario para redactar la solicitud de manera rigurosa, asegurando que cumpla con los requisitos legales apropiados, que se maximicen las posibilidades de que sea concedida y que ofrezca una protección efectiva frente a posibles competidores o impugnaciones.
Problemas de patentabilidad
Otro punto a destacar es que la mayoría de las invenciones en el ámbito TIC incluye algún aspecto que se implementa mediante software, y la patentabilidad del software es un tema delicado (especialmente en el entorno europeo) que exige un análisis detallado y cuidadoso.
Aunque existe la creencia generalizada (especialmente hace unos años) de que el software no es patentable, la realidad es que sí puede serlo, pero debe cumplir una serie de requisitos. El objetivo de este artículo no es abordar en profundidad la patentabilidad del software, que es un tema amplio y con muchos matices que daría para un análisis mucho más extenso. Por ello, no entraremos en detalle, pero de manera resumida, el criterio fundamental para su patentabilidad es que el software debe implicar un efecto técnico (adicional al que implica su mera ejecución) o, en otras palabras, debe tener una repercusión concreta y medible en el funcionamiento de un sistema tecnológico.
Algunos ejemplos concretos:
- Un software que optimiza la transmisión de datos reduciendo la latencia.
- Un software de codificación que disminuye el consumo de ancho de banda.
- Un software de encriptación que incrementa la seguridad sin comprometer la velocidad de transmisión.
En estos casos, el software no se patenta como un mero código de programación, sino como una solución técnica a un problema técnico concreto. Sin embargo, para que la patente sea aceptada, es crucial describir con precisión el problema técnico que se resuelve y enfocar adecuadamente la solicitud para que dicho problema y la solución propuesta queden claramente reflejados. De lo contrario, el examinador de la oficina de patentes podría rechazarla por considerar que no cumple los requisitos de patentabilidad del software.
Algo similar ocurre con los algoritmos matemáticos, cuya patentabilidad está sujeta a ciertas restricciones. De manera general y simplificada, se puede decir que sólo pueden patentarse si no se trata de algoritmos matemáticos puros, sino que implican un efecto o contribución técnica. Esto cobra especial importancia en el sector TIC donde numerosas invenciones, particularmente en el ámbito de la inteligencia artificial, se basan en el uso de algoritmos matemáticos.
Considerando esto, se puede decir que las invenciones TIC que incorporan software (lo cual ocurre en la mayoría de los casos) y/o usan algoritmos matemáticos, no sólo deben cumplir con los requisitos generales de patentabilidad aplicables a cualquier invención— principalmente novedad, actividad inventiva y claridad— sino que también deben demostrar que el software/algoritmo en cuestión cumple con los criterios específicos de patentabilidad.
Esta exigencia adicional hace que las patentes en el sector TIC enfrenten mayores dificultades en el proceso de concesión o, al menos, que su redacción requiera un enfoque más meticuloso y estratégico (teniendo en cuenta un mayor número de factores) en comparación con las patentes de otros sectores.
Protección de procedimientos
En las invenciones TIC suele existir un sistema con una serie de elementos (como, por ejemplo, un emisor, un receptor, un filtro, un cifrador, etc.), pero también un procedimiento técnico llevado a cabo por ese sistema y que es esencial proteger en la patente. Esto se debe a que las soluciones en este sector de nuevas tecnologías no se suelen limitar a un sistema hardware, sino que se basan en procesos específicos que optimizan y/o controlan el funcionamiento del sistema.
De hecho, en muchas ocasiones, la novedad de la invención no está tanto en los elementos físicos (hardware) en sí, sino en las acciones realizadas por esos elementos (recibir un mensaje, procesarlo, cifrarlo, extraer cierta información, realizar alguna operación según la información extraída…). Es decir, la invención no se define únicamente por los elementos físicos que la componen, sino por el procedimiento técnico que ejecutan, ya que es éste el que determina su funcionamiento y aporta el valor innovador. Por ejemplo, un método específico de modulación de señales, codificación de datos o optimización del ancho de banda puede marcar una diferencia fundamental en el rendimiento del sistema, por lo que su protección dentro de la patente es imprescindible.
Por ello, a diferencia de otros sectores donde la protección mediante patentes suele enfocarse en dispositivos físicos o máquinas compuestas por un conjunto de piezas, en el ámbito TIC las invenciones suelen abarcar tanto un sistema como un procedimiento técnico asociado. No basta con patentar únicamente los dispositivos físicos involucrados, sino que es igualmente crucial reivindicar los procedimientos y algoritmos técnicos que los hacen funcionar. Esto garantiza una protección integral de la innovación y evita que terceros puedan modificar mínimamente la implementación hardware para eludir la patente y explotar la invención sin autorización.
Sin embargo, la presencia habitual de procedimientos en las invenciones TIC genera una desventaja con respecto a la protección por modelo de utilidad. Un modelo de utilidad es una modalidad de protección de propiedad industrial que no requiere un nivel de innovación tan alto como una patente y que tiene una duración menor que la patente (en el caso español, 10 años frente a los 20 de la patente).
El principal inconveniente para proteger una invención TIC como modelo de utilidad no es la duración (10 años de protección suele ser más que suficiente para una invención de este campo, que no suelen tener una vigencia tan larga) sino el hecho de que, por ley, no es posible proteger procedimientos en los modelos de utilidad en la mayoría de países. Esto limita significativamente su aplicabilidad en este sector ya que, como se ha indicado, en muchas de las invención en el sector TIC se incluye un procedimiento técnico que es esencial para su funcionamiento.
Aunque en algunos casos es posible intentar reivindicar un procedimiento técnico formulándolo como un sistema para sortear esta prohibición de proteger procedimientos, esta estrategia no siempre resulta la más adecuada ni garantiza una protección efectiva de la invención.
Debido a esta limitación de los modelos de utilidad, en invenciones TIC lo más común es recurrir a la patente, ya que este mecanismo de protección sí permite reivindicar tanto los dispositivos físicos como los procedimientos asociados. De este modo, se logra una cobertura más completa de la invención, asegurando que tanto el sistema como su funcionamiento innovador queden debidamente protegidos frente a terceros.
Conclusión
Las patentes en el sector TIC presentan características únicas que requieren un enfoque especializado.
Para garantizar una protección efectiva y con altas posibilidades de concesión, es fundamental contar con expertos tanto en patentes como en nuevas tecnologías que puedan estructurar la solicitud de manera clara y detallada, evitando errores que puedan comprometer su validez.
En H&A contamos con un departamento específico de patentes de telecomunicaciones y software dedicado exclusivamente, desde hace más de 15 años, a la redacción y tramitación de patentes en este ámbito. Nuestro equipo está compuesto por agentes de patentes que a su vez son ingenieros de telecomunicación y que cuentan con décadas de trayectoria y experiencia profesional específica, tanto en el sector privado como en la Oficina Europea de Patentes como examinadores.
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