A menudo me han preguntado por qué H&A usa un signo “extranjero” como parte sustancial de su logotipo. Y he intuido cierta socarronería en algunas sonrisas como si pensaran que gracias a ese uso nos sentimos más “modernos”. Quienes me hacen ese reproche no están informados.
El signo & que H&A usa como emblema no es un signo extranjero. O al menos no lo ha sido desde 1791 presente en la “Ortografía” de la Real Academia Española como signo español hasta la desaparición del mismo en la edición de 2010.
Contra lo que cree mucha gente, “&” nació en el siglo I antes de Cristo como un signo empleado por el esclavo de Marco Tulio Cicerón que actuaba como transcriptor de los discursos del insigne político y jurista romano.
Gracias a su eficaz desempeño (según nos informa el prestigioso lingüista Alex Grijelmo), el esclavo alcanzó su libertad y aun liberto, Marco Tulio Tirón siguió con su trabajo. El símbolo equivale a “et” y es la fusión de una E abierta y una T, lo que permitía escribirlo sin levantar la mano del papel. Formaba parte de las 3.000 notas tironianas que inventó este liberto, y quienes las usaban recibieron el nombre de “notarios”, y daban fe con sus notas de que lo transcrito respondía exactamente con lo que se había dicho en una reunión o en un discurso. Antecedente de los notarios actuales.
Cierto que tras la caída del imperio romano la notas tironianas cayeron en desuso, pero San Isidoro de Sevilla en el siglo VI retomó muchas de ellas, entre otras & que pasó a figurar en múltiples documentos latinos, incluidas versiones de la Biblia, escritos canónicos y actas de derecho canónico. En aquel tardolatín y el español que como lengua romance se fue abriendo paso, se denominó directamente “et”. La ortografía de 1.791, le otorgaba justamente ese valor, y se ponía como ejemplo de su uso la abreviatura &c por etcétera.
Para los españoles no suponía un ahorro en la escritura, entre escribir “y” (la copulativa por excelencia) o &. Pero para otros idiomas sí que lo era, especialmente para el inglés (and) y el alemán (und), que tenían que escribir tres signos para expresar esa unión copulativa. Se ahorraban dos letras. Así que en esos idiomas se mantuvo como un signo ortográfico más.
El nombre con que se conoce actualmente a este signo, se deriva del soniquete que los alumnos daban al alfabeto inglés al aprenderlo. Los más viejos recordamos aún cómo aprendimos con esas cantinelas semejantes al rap, muchos de los conocimientos que no se nos han borrado, desde los límites de España hasta la tabla de multiplicar, pasando, ¡cómo no! por el propio abecedario español. La cantinela alfabética inglesa terminaba con “and per se, and(&)” “y por sí mismo, &”. Así adquirió la denominación ampersan(d) con que ahora se conoce a “et”.
Así que ni usamos signos extranjero, ni vamos de modernos. Eso sí, damos fe de los derechos de nuestros clientes por todo el mundo. Y somos integradores. La conjunción copulativa no sólo une sino que añade. Y nuestro afán es sumar. Sumar profesionales, sumar continentes, sumar disciplinas, sumar clientes. A las patentes, las marcas y los diseños hemos ido uniendo nombres de dominio, derecho digital, protección de datos, aduanas, antipiratería y en fin un catálogo de servicios que se puede consultar en nuestra web.
En resumen agregar, al tiempo que mantenemos firmes los principios de nuestros clientes poniendo al día la apariencia pero manteniendo el fondo. Dando a cada cliente lo que necesita & un poco más, para que sepan sin duda alguna que sus derechos están en la mejores manos.
H&A CUMPLE 40 AÑOS
Defendiendo el valor de lo intangible, aquello que nos hace únicos.
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