Variedades vegetales: la rama menos conocida de la propiedad industrial

21 julio 2022

La investigación y desarrollo de nuevas variedades vegetales requiere de sus creadores, conocidos como obtentores, importantes esfuerzos en tiempo, trabajo y recursos económicos y humanos. Es necesario recompensar e incentivar esta actividad.

21 julio 2022

La gran mayoría de las frutas, verduras y hortalizas que encontramos en la frutería cuando vamos a hacer la compra son el resultado de los procesos de mejora que se han ido realizando a lo largo del tiempo. En este caso no nos referimos tanto a las modificaciones genéticas conocidas genéricamente como transgénicos, y que tan polémicas resultan, sino a aquellas especies seleccionadas por sus propiedades óptimas y manejadas de manera artificial pero sin manipulación genética para obtener variedades mejoradas.

Los enormes progresos de la productividad agrícola mundial se deben en gran medida a la mejora de las variedades vegetales. Las obtenciones vegetales con características como mejor productividad, elevada calidad y resistencia a las plagas y enfermedades constituyen un elemento clave en el incremento de la productividad y de la calidad del producto en los ámbitos de la agricultura, la horticultura y silvicultura que minimiza, al mismo tiempo, la incidencia en el medio ambiente.

De acuerdo con la definición de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV), una variedad vegetal representa a un grupo de plantas definido con mayor precisión, seleccionado dentro de una especie, que presentan una serie de características comunes.

La investigación y desarrollo de nuevas variedades vegetales requiere de sus creadores, conocidos como obtentores, importantes esfuerzos en tiempo, trabajo y recursos económicos y humanos. Con el fin de proteger e incentivar tales esfuerzos, la ley otorga a los obtentores unos derechos de propiedad industrial que permiten encontrar un equilibrio entre los beneficios que los agricultores y toda la sociedad obtienen de esta actividad, y la necesidad de recompensar a dichos obtentores, de forma que se permita recuperar a éstos las inversiones realizadas y se asegure el progreso sostenible de la agricultura.

Los siguientes datos, recopilados por la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE), pueden ayudar a hacerse una idea de la importancia de este sector en los ámbitos económico, sanitario y de seguridad alimentaria.

  • Entre el 20% y el 30% de la facturación de la industria de semillas se invierte en I+D. En sectores estratégicos como el hortofrutícola, este porcentaje puede incluso llegar a ser superior.
  • Se trata de la industria que más apuesta por el I+D, por encima de sectores como el farmacéutico, automoción, aeroespacial, tecnologías de la información, etc. En el caso del cereal de invierno, la inversión en I+D alcanza el 24%.
  • El coste medio para poner una nueva variedad vegetal en el mercado es de 1 a 1,5 millones de euros, y se tarda de 10 a 12 años en conseguirlo.
  • Se espera que en 2050 el 10% del total de la población esté muy envejecida. Por ello, será importante poder garantizar una alimentación saludable y un mejor entorno.
  • Los datos de la FAO y de la OMS vaticinan un crecimiento de la población en 2050 que pasa de 7.000 a 9.000 millones de habitantes, con lo que se estima sea necesario un incremento en la producción del 70%.
  • En los últimos 20 años casi la gran mayoría de los incrementos de productividad se derivan de la incorporación al mercado de nuevas variedades y mejora vegetal.
  • La industria de semillas en Europa mueve un volumen de negocio aproximado de 6.800 millones de euros, y abarca un total de 7.200 empresas de diferentes tamaños.
  • En la UE, 50.000 personas trabajan en el sector de las semillas, de los que la cuarta parte se dedican a la mejora e investigación.
  • El mercado español de semillas alcanza los 585 millones de euros, lo que nos sitúa como el 5º de Europa, y el 13 a nivel mundial.
  • El volumen de los royalties por la producción de variedades protegidas de cereal en España ha supuesto una media anual en los últimos 10 años de 4,1 millones de euros frente a los 50,7 millones de euros en Francia, 35 en Alemania, 26,1 en Inglaterra.
  • Europa es el primer exportador mundial de semillas.
  • El mercado europeo de semillas es de 7.000 millones de euros. 39% cereales y leguminosas, 26% maíz, 14% semilla de patata, 11% hortícolas.
  • La mejora de variedades vegetales de cereales de invierno llega a representar para la economía española un incremento de ingresos anuales de 275 millones de euros.

Queda así justificada la mencionada necesidad de recompensar e incentivar esta actividad. En la actualidad coexisten dos tipos de derechos de propiedad industrial con respecto a las obtenciones vegetales: el Título de Obtención Vegetal y la Patente de Invención. Vamos a centrarnos aquí en el primero de ellos.

Para la concesión de un Título de Obtención Vegetal es necesario que la variedad vegetal sea distinta, homogénea, estable y nueva. La duración de la protección de las obtenciones vegetales se extenderá hasta el vigesimoquinto año natural, o para el caso de variedades de vid y de especies arbóreas, hasta el trigésimo año natural, a contar desde el año de concesión de la protección.

A través de la concesión de tal título se otorgan derechos exclusivos de explotación al obtentor de la variedad vegetal, por un periodo limitado de tiempo, estableciéndose dos excepciones:

  1. La excepción en beneficio del Obtentor, que preserva el acceso abierto a los recursos genéticos y promueve la biodiversidad, al permitir que cualquier obtentor pueda emplear material vegetal protegido para obtener una nueva variedad vegetal.
  2. La excepción en beneficio del Agricultor, aplicable al menos a 21 especies de cereales, que permite a los agricultores el reempleo del grano obtenido en su explotación con fines de propagación, siempre de conformidad con las obligaciones y procedimientos establecidos en la Ley.

Existen distintas vías para proteger una variedad vegetal que cumpla con los requisitos de ser distinta, homogénea, estable y nueva. A nivel nacional la administración encargada es la Oficina Española de Variedades Vegetales, dependiente del Ministerio de Agricultura.

A nivel europeo, la Oficina Europea de Variedades Vegetales (CPVO por sus siglas en inglés)es una agencia de la Unión Europea que gestiona el sistema de protección de las obtenciones vegetales de los 27 Estados miembros de una manera unificada, con las ventajas que ello supone. Tiene su sede en Angers (Francia). De esa manera, mediante una única solicitud se podría proteger la variedad vegetal en cuestión en Alemania, Bélgica, Croacia, Dinamarca, España, Francia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Suecia, Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Grecia, Malta, Polonia, República Checa, Austria, Chipre, Eslovenia, Finlandia, Hungría, Italia, Lituania, Portugal y Rumanía. El Reino Unido quedó fuera de este sistema debido al Brexit.

Finalmente, a nivel internacional existe la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) es una organización intergubernamental con sede en Ginebra (Suiza). En la actualidad son 78 los países miembros del Convenio de la UPOV, que abarcan los 96 Estados mostrados en el siguiente mapa:

Fuente: https://www.upov.int/members/es/

Dependiendo de la vía elegida, la protección obtenida será efectiva a nivel nacional, regional europeo o internacional. En cualquier caso, la protección de la obtención significa que durante 20 años (25 años para los árboles y las vides), determinados actos con material de multiplicación de una variedad protegida requieren la autorización del obtentor, en particular los siguientes:

  • la producción o reproducción (multiplicación);
  • la preparación a los fines de la reproducción o de la multiplicación;
  • la oferta en venta;
  • la venta u otra forma de comercialización;
  • la exportación e importación; y
  • la posesión para cualquiera de los fines anteriores.

Un vistazo a los datos estadísticos disponibles nos lleva a descubrir algunos hechos sorprendentes, como el relativo a que más de la mitad de las solicitudes presentadas a nivel europeo desde 1995 se refiere a plantas ornamentales. La otra mitad se reparte entre frutas, hortalizas y cereales. Este dato revela el hecho, no siempre conocido, de la importancia del sector de las plantas ornamentales, en los que Europa es una potencia mundial.

Se indican a continuación las tres especies para las que se ha presentado más registros, dentro de cada una de las cuatro categorías, de acuerdo con los datos publicados por la CPVO. Esto nos permite apreciar en qué especies se han dedicado más esfuerzos de mejora en los últimos años, lo cual va lógicamente correlacionado con su interés comercial.

  1. Plantas ornamentales: Rosa L. (Rosas); Chrysanthemum L. (Crisantemos); Calibrachoa y Petunia (Petunias)
  2. Especies vegetales: Lactuca sativa L. (Lechuga); Solanum lycopersicum L. (Tomate); Capsicum annuum L. (Pimiento)
  3. Especies agrícolas: Zea mays L. (Maíz); Triticum aestivum L. (Trigo); Brassica napus L. (Canola o Colza)
  4. Especies frutales: Prunus pérsica (Melocotón); Fragaria x ananassa (Fresa); Malus domestica (Manzana)

En términos absolutos, es el maíz la especie para la que más solicitudes se han presentado. En efecto, se trata del cereal con mayor volumen de producción mundial, por delante del trigo y del arroz, y es lógico que sea la especie que suscita más líneas de investigación y mejora.

Puede llamar la atención que una especie no muy conocida como la canola sea una de las principales especies dentro de las vegetales. Se trata de una especie cultivada en todo el mundo para producir forraje, aceite vegetal para consumo humano (aceite de colza) y biodiésel.

Como conclusión final, queremos resaltar que en el sector agrícola, la obtención de nuevas variedades vegetales es uno de los elementos que más ha contribuido al incremento de la productividad. Para conseguir una dinámica adecuada para la obtención de nuevas variedades vegetales, es necesario generar incentivos, para que los diferentes actores involucrados en el sector obtentor inviertan tiempo y recursos en tal actividad de mejora varietal. Por lo tanto, el papel de los derechos derivados de los registros de variedad vegetal necesita ser puesto en valor dentro del mundo de la Propiedad Industrial, para darle la importancia que indudablemente merece.

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H&A CUMPLE 40 AÑOS

Defendiendo el valor de lo intangible, aquello que nos hace únicos.

Miguel Polvorinos

Ingeniero Agrónomo

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