La salida del Reino Unido (UK) de la Unión Europea (UE) está siendo un proceso largo y sin duda lleno de incertidumbres.
La presencia de UK en la UE durante más de cuatro décadas ha tejido relaciones no sólo económicas sino también políticas y sobre todo legales que deshacer ahora es complicado.
No es que se necesiten los mismos años para "destejer" la relación pero es difícil alcanzar acuerdos que velen por igual por los intereses de los ciudadanos de ambas comunidades, la británica y la europea, con el agravante de que algunos de estos derechos, como los relativos a propiedad industrial, se extienden en el tiempo más allá de la fecha efectiva de salida.