La Convención Europea de Patentes y la OEP cumplen 50 años

2 noviembre 2023

En 2023, comienzan su andadura la Patente Europea con Efecto Unitario y el Tribunal Unificado de Patentes. Este año, además, se cumplen 50 años de la Convención Europea de Patentes (EPC) y casi tantos de la puesta en marcha de la Oficina Europea de Patentes (OEP).

2 noviembre 2023

2023 está siendo un año prolífico en lo relacionado con las patentes. El mismo año que comienzan su andadura la Patente Europea con Efecto Unitario (también llamada “Patente Unitaria” en algunos contextos) y el Tribunal Unificado de Patentes, se cumplen 50 años de la Convención Europea de Patentes (EPC).

El sistema de patentes en Europa es complejo, a pesar de que las leyes en esta materia son muy similares a las que existen en los países del viejo continente. Los intentos por tener una patente que cubra todos los países de la Unión Europea han fracasado una y otra vez, en contraste con las marcas, donde la Marca Comunitaria ha posibilitado la protección de esta figura en todos los países de la UE a la vez y mediante un procedimiento sencillo. De la “Patente Unitaria” quedan, por ahora, fuera países como España y Polonia; de los 25 miembros de la Unión, sólo 17 aplican el Reglamento.

A pesar de los lentos avances, la tendencia en Europa, desde los años 50, es armonizar la legislación y simplificar los trámites, para lo que se creó una oficina supranacional, la Oficina Europea de Patentes (OEP), con sede principal en Múnich y extensiones en La Haya y Berlín. La OEP no es un organismo perteneciente a la Unión Europea sino que se rige por otros acuerdos. Pertenecen a su organización y comité de administración países como Reino Unido, Turquía o Suiza, además de toda la Unión Europea.

En el camino a la creación de una Oficina Europea de Patentes, varios hitos tuvieron lugar para conseguir una mayor protección global de la propiedad industrial.

El primer hito puede considerarse la firma del Convenio de París de 1883. Este acuerdo internacional, que suscriben 178 países, garantiza que un país otorgue a los ciudadanos de otros países la misma protección que otorga a sus propios ciudadanos nacionales. El Convenio de París también introdujo el derecho a la prioridad, que daba a los solicitantes de patentes un año para presentar solicitudes sobre su invención en múltiples jurisdicciones, considerándose como fecha de presentación la fecha de la primera solicitud en su país de origen. De esta manera, se hacía más difícil que terceros registraran esas invenciones en otros países en lugar del propio inventor.

El Convenio sobre la Patente Europea es un acuerdo especial, en virtud del Artículo 19 del Convenio de París. Sin embargo, el CPE, va mucho más allá que los tratados internacionales en materia de Propiedad industrial. Lo que distingue al EPC es que no sólo armoniza el derecho sustantivo y procesal de patentes, sino que también crea una autoridad pública, la OEP, con el poder de otorgar patentes de manera completamente independiente de las oficinas nacionales.

Antes de la entrada en vigor del EPC y la existencia de la Patente Europea, la tramitación de patentes en varios países europeos sólo podía lograrse siguiendo los distintos procedimientos en cada una de las jurisdicciones. El EPC proporciona actualmente un procedimiento de tramitación único en un solo idioma (inglés, alemán o francés, que son los idiomas de trabajo de la OEP). Sin embargo, el registro y examen ante la OEP no reemplaza totalmente a los procedimientos nacionales, en especial cuando no se desea la Patente Unitaria o cuando se desea protección fuera de los 17 países firmantes hasta la fecha.

Una vez concedida por la OEP, una Patente Europea se convierte en un conjunto de patentes con efecto equivalente a las patentes nacionales, que deben validarse en cada uno de los estados contratantes seleccionados. El solicitante se enfrenta, por lo tanto, todavía a un examen centralizado, pero a un procedimiento post concesión complicado y costoso frente a cada oficina nacional, donde también las traducciones contribuyen al coste total. La Patente Europea con Efecto Unitario elimina la necesidad de procedimientos de validación nacionales en los 17 estados que participan en este sistema, pero resulta todavía costosa en comparación a una patente nacional.

Los orígenes de la Oficina Europea de Patentes se remontan a septiembre de 1949, cuando el senador francés, Henri Longchambon, propuso al Consejo de Europa la creación de una oficina centralizada. Su propuesta marcó el inicio de los trabajos sobre una ley de patentes europea encaminada al establecimiento de una patente para los países de la entonces Comunidad Económica Europea.

Aunque el Comité de Expertos en materia de patentes del Consejo consideró que el plan no era viable, las reuniones de dicho Comité dieron lugar a dos convenios, uno sobre las formalidades requeridas para las solicitudes de patente (1953) y otro sobre la clasificación internacional de las patentes (1954). La clasificación internacional ha servido, durante décadas, para elaborar los informes del estado de la técnica de la Oficina Europea de Patentes y de varias oficinas nacionales que comparten recursos con esta o que, incluso, han terminado por firmar convenios para subcontratar las investigaciones de antecedentes de invención a esta oficina (véase el INPI francés). Pocos años después, el Comité del Consejo de Europa prosiguió su labor sobre el derecho sustantivo de patentes, lo que dio lugar a la firma del Convenio de Patentes de Estrasburgo, en 1963.

En 1973, tuvo lugar la Conferencia Diplomática de Múnich para la creación de un sistema europeo para la concesión de patentes. El convenio resultante de esta Conferencia fue la culminación de un debate que duró una década, durante el cual, Kurt Haertel, considerado por muchos como el padre de la Organización Europea de Patentes, desempeñó un papel decisivo. En honor a este abogado de patentes alemán, una calle de Múnich, entre el edificio de la OEP y el recinto del famoso Oktoberfest, lleva su nombre. El primer presidente de la EPO sería, sin embargo, el holandés Bob van Benthem, en 1977.

El Convenio sobre la Patente Europea entró en vigor el 7 de octubre de 1977, para los siguientes países: Bélgica, Alemania (entonces Alemania Occidental), Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Suiza y Reino Unido, y el 1 de mayo de 1978, para Suecia. Sin embargo, las primeras solicitudes de patente no se presentaron hasta el 1 de junio de 1978 (fecha fijada por el Consejo de Administración, que celebró su primera reunión el 19 de octubre de 1977).

La oficina empezó su andadura en un edificio alquilado, cerca del que hoy es el conocido como edificio Isar, sede central en Múnich. De 98 empleados, en noviembre de 1977, se pasó a un total de 1000, tan solo un año más tarde, cuando se integró en la OEP el Instituto de Patentes Internacional (IIB) de La Haya y sus 714 empleados.

El IIB se había creado, en 1947, para realizar las investigaciones del estado de la técnica para solicitudes de patente de Bélgica, Francia, Luxemburgo y Países Bajos, uniéndose a estos, más adelante, Turquía, Mónaco, Suiza el Reino Unido e Italia. Durante décadas, las investigaciones acerca del estado de la técnica y el examen sustantivo de las solicitudes se realizaron por separado: las primeras por examinadores en La Haya y el segundo en Múnich.

En 1981, la OEP se vuelve financieramente independiente. La OEP se financia únicamente mediante tasas procesales y una proporción de las tasas de renovación de las patentes europeas concedidas. A pesar de tener su sede en Alemania, las relaciones laborales de la OEP con sus empleados no se rigen por ninguna ley de ningún país del Convenio sino que se tratan directamente en el Tribunal Administrativo de la Organización Internacional del Trabajo.

En 1983, la EPO comienza el programa de cooperación trilateral con las oficinas de EEUU (USPTO) y Japón (JPO). Ante el espectacular aumento del número de solicitudes de patentes a principios de los años 80, las tres oficinas se reúnen, en Washington, en la primera Conferencia Trilateral y acuerdan facilitar el rápido intercambio de datos sobre patentes para casi el 70% de todas las solicitudes PCT en todo el mundo. A día de hoy, continúan reuniéndose para armonizar los procesos, prácticas y herramientas de patentes.

En los años 90, se pone en marcha el servicio de consulta por ordenador de la OEP: EPOQUE. Este sistema permitía a los examinadores el acceso a más de 10 millones de documentos en 1995, un número que se triplicaría en tres años. Antes de eso, las investigaciones sobre el estado de la técnica se realizaban en papel, en La Haya. La división de búsqueda llegó a tener más de 16.000.000 documentos en papel. En 2022, la web de búsqueda Espacenet comprendía ya 130 millones de documentos.

En noviembre de 2000, se celebró en Múnich una conferencia diplomática para revisar el Convenio, entre otras cosas, para integrar en el CPE los nuevos avances del derecho internacional y añadir revisiones basadas en las decisiones de las Cámaras de Recurso (Salas de Apelación). El texto revisado, denominado informalmente CPE 2000, entró en vigor el 13 de diciembre de 2007 y es el que se usa hoy en día.

En 2006, la OEP había recibido unas 200.000 solicitudes de patente en total. En la actualidad son ya 190.000 anuales.

A partir de 2020, la digitalización de la OEP se acelera debido a la COVID. Las vistas orales pasan a ser, en su gran mayoría, por video conferencia, lo que abarata los costes de representación, pero no está exento de polémica.

En los años venideros, la “Patente Unitaria” será seguramente protagonista en la OEP y la cooperación entre las oficinas de China, EEUU y Japón continuará mejorando la calidad del sistema.

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Susana Ruiz Pérez

Licenciada en Ciencias Físicas. Agente Europeo de Patentes

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